El desafío de Sanar para amar (de Javi Martínez)

Sanar para amar es un libro de lectura fácil, pero leerlo conlleva un gran desafío: este libro “intenta ser un disparador para tratar aquellas zonas que nos impiden vivir en plenitud el amor de Dios y convertirnos en canales de este para otras personas”.

Javi Martínez, el autor de este libro, lo comienza con una destacada premisa: “Solo puedes amar si tienes un corazón sano”.

Tal vez, al leer esa frase, digas: “No tengo nada que sanar”, pero es importante desnudar nuestro corazón delante de Dios y reconocer que tenemos limitada nuestra capacidad no solamente de amar sino también de entender quiénes somos a los ojos de Dios.

Y así es como comienza este libro, guiándonos a “quitar las máscaras que hemos creado para protegernos” y reconocer delante del Señor que necesitamos de su sanidad.

 “Al enfrentar nuestras heridas, nos volvemos más receptivos a la sanación de Dios”

¿Por qué necesitamos ser sanados?

La respuesta es muy sencilla: “Si dentro de ti permanecen zonas heridas sin tratar, herirás a otros”.

Sin embargo, es importante entender que esto no es de un día a otro. Dice el autor (y esto me parece fundamental): “Debemos permitirnos el tiempo y el espacio necesarios para procesar nuestras emociones y sanar nuestras heridas, sin compararnos con otros y sentirnos presionados para sanar de manera rápida”.

Continúa: “Necesitamos ser amables y pacientes con nosotros mismos en este proceso”. Y lo que dice a continuación me parece fundamental: “… necesitamos entender que este es un proceso que requiere tiempo. No obstante, la ardua tarea que hagamos en nuestro interior repercutirá positivamente en nuestras relaciones personales”.

¿Qué pudo haberme lastimado?

Antes de seguir contándoles de qué trata el libro Sanar para amar, me gustaría que pensemos de qué formas podemos ser heridos. Yo pensé las siguientes: por desilusiones, por maltratos, por palabras hirientes, por golpes o abusos, por experiencias traumáticas, por engaños, por fraudes, por tratos despectivos hacia nosotros, por pecados que cometemos (que nos dañan tanto a nosotros mismos como a otros)…

Y también quería agregar que podemos ser heridos por situaciones comunes del día a día, que nos pueden llevar a limitar lo que Dios hace en nosotros (y a través de nosotros).

Les voy a explicar a qué me refiero, con una experiencia de cuando mis gemelas tenían nueve meses (ahora tienen dos años).

Era verano y mi hija mayor estaba en una piletita de lona. Yo estaba parada al lado y la tenía en brazos a Antonella. Catalina estaba jugando al borde de la pileta.

También te puede interesar  ¿Qué tipo de persona sos? Parábola de los dos cimientos

Mi mamá estaba parada al lado de Catalina. Pero en un descuido, Catalina se cayó de cabeza dentro de la pileta. Mi mamá logró sacarla rápidamente, y no pasó nada más que un pequeño susto.

Ese mismo día, a la noche, cuando me acosté, recordaba lo que había pasado y un escalofrío me recorría el cuerpo. Pensaba en que los accidentes ocurren así, de un momento a otro.

Y agradecí al Señor por haberla guardado a Cata y porque en ese momento con mi mamá estábamos atentas. Pero también me puse a pensar en todas las posibilidades: si yo justo me hubiera alejado de la pileta por algún motivo, si hubiese entrado en mi casa para buscar algo o mostrarle algo a mi mamá.

Pero al “pensar en lo que estaba pensando” (como dice Joyce Meyer en su libro El campo de batalla de la mente), me di cuenta de que necesitaba pedirle al Señor que me sanara ese miedo.

¿Por qué? Porque podría trasladarlo a otras situaciones, porque ese miedo me podría generar temores y ansiedades que, finalmente, limitarían mi crecimiento en Dios y mi confianza en Él.

Perdonar para amar

Este libro tiene capítulos muy interesantes, pero para no extenderme demasiado, voy a contarles lo que dice Javi Martínez acerca del perdón: “Si no perdono, soy dañado cada vez que recuerdo. Si no perdono, mi mente vuelve una y otra vez al momento del daño. Si no perdono, miro tanto atrás que me cuesta seguir adelante. Aunque perdonar requiere un costo de mi parte, no hacerlo me cuesta más”.

Un consejo práctico final

Este libro concluye con una guía de estudio. Contiene preguntas muy prácticas. Sugiero transcribir algunas de las preguntas que el autor nos hace en un cuaderno y orar para que el Señor nos guíe a descubrir qué áreas de nuestra vida necesitan sanidad, a quiénes tenemos que perdonar, a quiénes tenemos que pedir perdón, qué situaciones nos hicieron daño y de qué forma estamos limitando nuestro amor hacia otras personas.

Vas a saber si esas heridas aún no están cicatrizadas si todavía te duele recordarlas, si las re-sentís cuando las traés de nuevo a tu memoria.

“Cuando nos enfrentamos a nuestras heridas, es importante no hacerlo solos. La comunidad de fe, la familia y las amistades pueden ser fundamentales en nuestro proceso de sanación”

A medida que vayas anotando, pedile al Señor que sane esos recuerdos. Si son palabras hirientes (mentiras del diablo al fin y al cabo), podés reemplazarlas por verdades  de la Biblia.

También te puede interesar  ¿De qué te estás llenando?

Si fueron actos que se cometieron en tu contra, pedile al Señor que te ayude a perdonar de todo corazón a esa o esas personas.

Si fueron situaciones traumáticas, pedile al Señor que te llene de su consuelo y que en un futuro vos puedas ser de consuelo para otros.

“Deteniéndose Jesús, los llamó, y dijo: ¿Qué queréis que yo haga por vosotros? Ellos le dijeron: Señor, deseamos que nuestros ojos sean abiertos. Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y le siguieron” (Mateo 20:30-34).

Jesús tiene compasión por tu vida, y desea sanarte.

Es un proceso

Quiero reforzar la idea que nos transmite el autor de que la sanidad es un proceso. Muy probablemente no ocurra de un día a otro, por eso es importante volver a orar cada vez que regresen a tu mente los recuerdos negativos, y pedirle al Señor que los siga sanando.

También es importante, como dice Javi Martínez en su libro, no hacerlo solos sino estar acompañados por una comunidad que nos ayude. Pedile al Señor que ponga las personas correctas en tu vida para acompañarte en tu proceso de sanidad.

Yo estoy sorprendida de cómo el Señor, en distintas oportunidades, puso a mi alrededor personas que me pudieron ayudar con vivencias similares a las mías, pero con corazones sanos y llenos de amor.

Cómo adquirir este libro

El libro Sanar para amar se puede adquirir a través del siguiente link o contactándose por Instagram con el autor Javi Martínez.

(Yo lo conseguí el año pasado en la Feria del Libro Cristiano, que se realizó en la Comunidad Cristiana de Zona Sur).

***

Gracias por leer este artículo. Oro por tu vida, para que encuentres en Jesús esa sanidad que tu corazón necesita. Oro para que puedas disfrutar del amor de Dios e impartir de ese amor y sanidad a los que te rodean.

Te espero en mi canal de WhatsApp, donde envío todas las novedades del blog.

¡Un abrazo grande!

También te puede interesar Sanos por la Palabra, de Jorge Himitian

2 comentarios en “El desafío de Sanar para amar (de Javi Martínez)”

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *