El sueño de la remera sucia

¡Hola! Hoy quiero contar un sueño que tuve hace algunos años. Para que se entienda bien por qué tuve ese sueño y lo que Dios me mostró con eso, primero voy a tener que dar un poco de contexto.

Cuando nos casamos con Octavio, en el 2015, nos fuimos a vivir a un departamento que les alquilamos a unos hermanos de la iglesia (¡que en ese momento fueron de mucha bendición para nosotros!).

Estuvimos alquilando tres años y medio, aproximadamente, y en ese tiempo surgió la oportunidad de construir en el lugar donde estamos viviendo ahora (gracias a otros hermanos que también nos dieron esa oportunidad ♥).

Para poder construir (y destinar la plata de alquiler a la construcción), decidimos vivir con mis suegros un tiempo. En nuestras cabezas, ese tiempo significaba solamente algunos meses, pero terminaron siendo dos años.

Primeros años de casada

Cuando era soltera, entendía perfectamente que necesitaba del Señor y de su perdón, porque tenía muchas luchas y tentaciones. A pesar de mis errores, oraba mucho y podía sentir el amor del Señor en mi vida.

Pero cuando me casé, muchas áreas de mi vida se “acomodaron”, y ya no sentía que necesitara tanto del perdón de Dios. Recuerdo que un poco mi pensamiento era que estaba bien… No sentía el fuego del Espíritu Santo, pero tampoco sentía que tuviera nada por qué arrepentirme.

Quiero aclarar: no me sentía cómoda, porque entendía que algo me estaba faltando. Pero al mismo tiempo, no veía que estuviera haciendo nada mal.

El sueño

A los meses de mudarnos a la casa de mis suegros, tuve este sueño que les quiero contar. En el sueño, yo tenía una remera blanca limpia, pero mi suegra se acercaba, me levantaba esa remera, y debajo de la remera limpia tenía una remera sucia, muy sucia, que en algún momento había sido blanca pero ahora estaba llena de manchas y tierra.

También te puede interesar  ¿De qué te estás llenando?

¿Qué significaba esto? Que yo me creía limpia, pero cuando empezaron a llegar circunstancias que me empezaron a incomodar (el estar en un lugar que no era mi casa, la frustración de querer avanzar con la construcción y no poder, la pandemia, la mononucleosis…), empezó a salir lo que realmente había dentro de mí: orgullo, soberbia, egoísmo, arrogancia…

Esta fotito la saqué un día que una de mis hijas tenía el body, como verán, un poco sucio, pero arriba del body una camperita que estaba limpia. Me recordó el sueño y lo fotografié como un recuerdo (sí, después la cambié y la bañé 😂)

No fue fácil reconocer que no eran las situaciones el verdadero problema, sino mi corazón, y la necesidad que tenía de ser limpiado por el Señor y su sangre.

Palabras finales

No sé cuál sea tu situación ahora, si te sentís en paz, que todo marcha “sobre ruedas”, o si tal vez te sientas tan disconforme con tu propia vida que ya ni te animás a seguir pidiendo perdón por tantas metidas de pata.

Pero creo que la oración correcta siempre va a ser: “Te necesito, Jesús. Necesito tu perdón y tu presencia en mi vida”.

Hay una canción de Marcos Brunet que dice: “Cristo, ven, gobierna mi hogar”. Esa frase la tuve un tiempo anotada en una pizarra que tengo en casa, y quiero ahora ponerla en algún cuadrito. Detrás de esa frase, está implícita esta oración: “Jesús, te necesitamos. Esta casa no funciona si vos no sos el centro y quien gobierna en este lugar”.

Que no nos olvidemos cada día cuán necesitados estamos del Señor. Que podamos reconocerlo cada mañana. Que Dios nos libre de ser autosuficientes, y de creer que podemos hacer algo por nuestra cuenta para merecer de Él.

***

Gracias por leer este artículo. Si te fue de ayuda, te animo a compartirlo con otros.

También te puede interesar  Una oración hecha a tiempo - Testimonio de Rubén Solari (Parte 3/3)

Estoy empezando a reorganizar un espacio de mi casa, en el que voy a poner, posiblemente, ese cuadro con la frase de Marcos Brunet, y algunas otras cositas que ya les voy a ir contando, y que tienen que ver con algunos temas que quiero tratar en este blog.

Te invito a sumarte al Canal de WhatsApp, donde publico todas las novedades.

Un abrazo grande.

2 comentarios en “El sueño de la remera sucia”

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *