¿De qué te estás llenando?

Hace poco en la iglesia compartieron una visión en la que, en una copa llena de aceite de oliva, empezaban a caer gotas de un aceite de menor calidad. La mezcla no se notaba, pero en esa contaminación, el aceite de oliva iba perdiendo de a poco sus propiedades.

Por eso, la pregunta de hoy es de qué nos estamos llenando.

La trampa de las redes sociales

En la Biblia dice que nuestros ojos son la lámpara de nuestro cuerpo, y que si nuestro ojo es bueno, entonces todo nuestro cuerpo estará lleno de luz…

¿Qué quiere decir esto? Que si llenamos nuestra mente (a través de lo que miramos o escuchamos) con todo lo que el mundo ama (lo superficial, el ego, lo material…), difícilmente podamos “meditar día y noche en su ley” y, por lo tanto, no daremos fruto a tiempo, ni prosperaremos en todas las cosas… (Salmo 1).

Por supuesto que no estoy en contra de las redes sociales, y también aprovecho todo lo bueno que tienen para buscar información útil o ideas que pueda implementar en mi casa.

Pero también es verdad que en ocasiones, y dependiendo un poco de mi estado de ánimo, pueden llegar a generarme ansiedad.

En las fotos o videos de Instagram y Pinterest, todo es TAN perfecto e inalcanzable que uno puede caer en la trampa de… ¡creer que es verdad! Y de querer llegar a tener esa vida que otros tienen, sin conocer realmente todo el “detrás de escena”.

Recuerdos negativos

En una reunión de sanidad interior en la que estuve hace unos días, nos animaron a hacer un listado con personas a las que tenemos que perdonar.

También te puede interesar  Mi experiencia como mamá de gemelas

En el momento, no se me vino a la mente ningún nombre, y dejé la hoja en blanco. Pero en estos días estuve meditando en el perdón, y pienso que muchas veces es bastante más sutil de lo que pensamos.

Hay pequeños resentimientos que nacen en hechos muy sencillos y que tal vez pasamos por alto, pero nos lastiman. Por ejemplo, cuando una persona nos trata con indiferencia, o cuando alguien pronuncia alguna frase en contra nuestra o de nuestros hijos.

Entonces, decidí hacer un listado bastante más extenso de lo que pensaba y soltar perdón a todos esos pequeños “rasguños” que fui recibiendo, y que me hacen poner a algunas personas en el listado de “personas no gratas”.

Si les damos lugar, estos recuerdos negativos pueden llenar nuestra mente, hacernos daño y convertirnos en personas resentidas.

¿De qué sí llenarse?

De la Palabra de Dios, de videos, lecturas, música o podcasts que nos edifiquen y que nos ayuden a llenar nuestro corazón de gratitud.

Lo que usemos para llenar nuestra mente marca nuestro camino, porque, como dije en el artículo “Cinco formas de cuidar a tu familia”, “Los pensamientos se convierten en palabras; las palabras se convierten en acciones; las acciones se convierten en hábitos, y los hábitos se convierten en carácter”.

***

¡Gracias por leer este artículo!

Como les estuve comentando en Instagram, a partir de la semana próxima voy a estar subiendo contenido sobre manualidades que hacemos en casa con mis hijas, que nos ayudan a disfrutar el tiempo que pasamos juntas y a centrarnos en la Palabra de Dios.

¡Un abrazo grande!

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *